«La nariz de un notario».

Edmond About. 

Hablemos hoy de una nariz: la nariz que me quita el sueño. Hablemos de la nariz de Alfred L′Ambert, el desgraciado y miope protagonista de una novelita rotunda y maravillosa: La nariz de un notario. Una tragedia divertidísima perpetrada por un pequeño Voltaire llamado Edmond About (Dieuze, 1828) y por su pluma satírica y carnavalesca. Se trata en este caso de una nariz curvada, con forma de pico de águila, incrustada en el rostro de hombre encantador (como casi todos los egoístas). Se trata también de una rubita de ojos azules cuyo amor se disputan el notario y el temible embajador otomano. Los hechos sucedieron así:

Primero fue el sonoro puñetazo del notario al embajador. Poco después, las represalias. Un atinado golpe de sable y la nariz que se desprende del rostro para terminar en las fauces del gato que huye hacia las catacumbas de París. Y, a partir de aquí, juegos malabares, gente distinguida, flâneurs desconocidos, insólitas cirugías operatorias y otro personaje inolvidable, el joven aguador Sébastien, cuyo papel en esta historia tendrán que averiguar. A caballo entre la sátira científica y el surrealismo tragicómico, esta novela tiene todo cuanto necesitan para comprender lo que el humor puede hacer por su existencia.