EL RELOJ

Una de las preguntas que los espectadores de LA CLAVE se hacían a la vista del alto nivel de los invitados, era cuanto cobraría alguno de ellos por asistir al debate.

Lo cierto es que nada. A los que venían desde el extranjero se les pagaba el desplazamiento y la estancia; no había presupuesto para más.

Al terminar el programa a todos se les hacía entrega de un original reloj de sobremesa de madera y latón de una sola aguja, fiel reproducción de un modelo del siglo XIV, fabricado por Ardavín, una empresa española.

Una de las muchas anécdotas que se pueden contar respecto de los invitados es que hubo dos que si pusieron un precio a su participación en el programa: Neil Armstrong y Truman Capote. El astronauta justificó dicha petición alegando que tenía por costumbre donar los ingresos que recibía por sus participaciones públicas, a la Asociación de huérfanos de astronautas.

Era tal el interés del equipo que hacía LA CLAVE por éstas dos personas que decidieron hacer una colecta entre ellos para reunir el caché que pedían. De ésta manera fue posible que el primer hombre que pisó la Luna estuviera en el programa nº 7 de La Clave “LA CONQUISTA DEL ESPACIO”, y el celebérrimo escritor en el nº 97 “COMPROMISO DEL INTELECTUAL”.